Son muchísimos los lugares y caminos que podemos transitar a orillas del río Tormes tanto en la provincia de Salamanca como de Ávila. En esta ocasión nuestro viaje transcurre a pie por un camino de la localidad de La Horcajada (Ávila), población que se sitúa entre Piedrahíta y El Barco de Ávila.
El otoño es muy buena época para recorrer este paraje. Nos sorprenderá ya no solo por la belleza del río propiamente, sino por el paisaje cultural que el paso del tiempo ha dejado entorno al aprovechamiento del agua que aquellas gentes realizaron mediante norias de riego, molinos, pozos y canalizaciones, que les sirvieron tanto para sus grandes huertas como para abastecer de luz eléctrica al pueblo.
La ruta se llama Sendero de los Molinos, de 12 kilómetros de recorrido aproximadamente, comenzando y finalizando en el mismo pueblo, de más o menos 3 horas de duración, dependiendo a qué ritmo caminemos; recomendamos ir tranquilos pasar todo el día o toda la mañana para poder ver sus molinos y norias, pues aunque la mayoría están abandonadas y en ruina, podemos igualmente disfrutar de ellas y comprender su funcionamiento pues todavía en algunos se mantienen ciertos elementos constructivos y maquinaria.
La ruta se inicia junto a la ermita de los Santos Mártires y por detrás de ella nos llevará el camino a las afueras del pueblo por una pista ancha siguiendo siempre dirección al río. Pasados unos 3 kilómetros el camino se estrecha llegando a un cruce de varios caminos, tomando el de la derecha. Pocos metros después ya nos encontraremos con una noria de piedra y poco después nos encontraremos con el antiguo poblado de La Veguilla. Es interesante detenerse y ver este lugar pues nos encontraremos con un molino aún en pie y algunas casas en ruinas.
Siguiendo el camino teniendo como referencia la ribera del río a la izquierda, seguimos hasta dos encinas grandes, tomando luego el camino de la izquierda que nos llevará a un canal llamado del Molino de Arriba. Aquí podremos meternos entre la gran vegetación en el poblado que existía y buscar los restos del molino y su maquinaria. Continuando el camino, cruzaremos por una pasarela de piedra que cruza el canal y siguiendo con el río Tormes siempre a la izquierda y cruzaremos un pequeño arroyo. Luego una pista cruza a la izquierda y nos iremos encontrando con huertas y distintos molinos, y el poblado mejor conservado, y posteriormente hacia los canchales de piedra. Y seguiremos viendo norias abandonadas y canales. Luego más adelante pasaremos por un paisaje diferente de encinas y prados.
Y finalmente continuando por una pista llegaremos al pueblo, satisfechos ya no solo por el ejercicio físico que hemos realizado en la naturaleza, sino por descubrir un lugar en el que la mirada del viajero esta vez se ha detenido para apreciar un paraje natural enriquecido con un patrimonio cultural sencillo, en el que el aprovechamiento del agua de manera eficaz y sostenible ayudó a sus antiguos habitantes a desarrollar su vida.