En el sur de Cantabria, haciendo frontera con la provincia de Palencia y de Burgos, se encuentra el valle de Valderredible. Un lugar en el que el mismo rio Ebro ha configurado el paisaje y la historia de este valle.
Este viaje ofrece encontrarse con un lugar excepcional y enigmático, pues su esencia está en las numerosas ermitas rupestres que atesora este territorio. Son construcciones únicas en España. Estamos hablando de pequeñas cuevas escavadas en rocas, normalmente areniscas, donde los primeros monjes ermitaños y anacoretas se retiraban para hacer vida de oración. Podemos decir que son de los primeros templos cristianos de la península y cuyo origen está entre los siglos VIII-X.
Entrar y contemplar estas ermitas, de pequeño tamaño y de un aspecto tan austero como una cueva misma, pero embellecidas interiormente muchas de ellas a lo largo del tiempo con las formas propias de una iglesia, con sus naves, columnas, arcos y capiteles, ábsides, todo ello esculpido en la roca, es una experiencia excepcional que deleita los sentidos y hace trascender al
viajero e imaginar la vida de aquellas gentes que se dedicaron a la oración, la penitencia y también a la predicación del cristianismo, en aquellos primeros siglos de la Edad Media. Gran parte de estas iglesias suelen estar en el campo, aunque algunas las podemos encontrar dentro de los mismos pueblos.
Recomendable comenzar el recorrido por el acceso al valle por la parte de Palencia, en el mismo desvío que tiene la autovía A-67 que va a Santander, que está a unos cuantos kilómetros pasado Aguilar de Campoo. Por la carretera luego comarcal iremos serpenteando el valle al unísono con el mismo río Ebro. Nos iremos encontrando distintos municipios y lugares con estas ermitas
rupestres, y también con iglesias románicas muy destacables, al mismo tiempo que disfrutando de la propia naturaleza de ribera.
Las iglesias de Santa María de Valverde cerca de Quintanilla de las Torres, Campo de Ebro, Polientes, que es municipio central del valle, Cadalso, San Miguel de Presillas, Arroyuelos, y coronando el valle, San Martín de Elines, con su hermosa colegiata románica, son algunos de los templos que no hay que perderse de ninguna manera. Si bien la mayor parte de este viaje
transcurre por tierras cántabras hay algunas iglesias y lugares que se sitúan también en la provincia de Burgos y de Palencia.
Siempre siguiendo la carretera comarcal y el curso del rio, al final del valle y también del viaje, nos encontraremos con un tramo precioso como es la parte que discurre por el cañón del Ebro; y como recomendable colofón no perderse la visita a la bella localidad de Orbaneja del Castillo, en la que el agua da fuerza y personalidad a este lugar.
Valderredible, un rincón de nuestra geografía, que si bien pequeño y hasta ciertamente algo oculto, dimensiona la mirada del viajero.